domingo, 26 de enero de 2014

CUENTO: LA PRINCESA "WANCA" Y EL PRINCIPE "TANTAY"



AUTOR:  JUAN VAUTISTA PRINCIPE ANTICONA (Mollepatino):


LA PRINCESA WAKA Y EL PRINCIPE TANTAY
Cuenta  la leyenda,  que  dos  familias de distintas  creencias y  tradiciones, establecieron, crecieron y  desarrollaron  paralelas  en una misma región.   La primera  fue la  familia y padres de la princesa WAKA,  que  quiere  decir;   todas  las  cosas  sagradas.   La  princesa  era  hija  de  un monarca muy apegado a la letra de cumplir su tradición religiosa al dios mayor de los dioses decía; pues venía de un   continente  muy  lejano.     Su  doctrina  era  no   mesclar  su  tradición  de  toda  su  estirpe  en relacionarse en matrimonio, sino es la tradición de su dios.

La segunda familia era de tradición y cultura contraria, propia de la región.  Los padres del príncipe TANTAY,   que quería decir,  juntar  a  todos.   Esa era la tradición  de  Tantay.    Pues deseaban unir a todas las razas,  los colores y creencias,  para evitar los conflictos y las  guerras, así nace el amor en todos decían;   era  el  deseo  del  dios   INTI y la diosa Quilla  (Sol y Luna),   príncipe  y  princesa   se conocieron muy jóvenes, mantenían su amistad y romance en secreto.
Llegó el momento que la princesa  Waka  le  contó  a  su padre  que estaba enamorada del príncipe Tantay, y pronto vendría a pedirle la mano  para su matrimonio.    Esto  indignó  profundamente   e hirió   su  orgullo al monarca, e  invocó y maldijo esa relación,  en nombre y a su dios le pidió que la princesa  Waka   sea  llevada  de  allí,  lejos,  muy lejos,   al Oriente de la tierra.   Que sea convertida invisible para que el príncipe Tantay  jamás pudiera encontrarle. El dios del monarca, le concedió  la petición;  y como arte de magia la princesa fue llevada a un lugar extraño, pues no cesaba de llorar, pedía    a   los  dioses  que  le   ayudaran  ser  libre  y  volver  donde estaba su amado, pero nadie le escuchó.

Mientras el príncipe  Tantay,  lloraba a  media noche de luna llena,   en  las  arenas  y  faldas de  un cerro, lamentaba la desaparición de su adorada  Waka.   Entonces;  la  lechuza  Rina se acercó,  y  le dijo;   ¿Por qué lloras príncipe Tantay?    ¡Ya deja de hacerlo!...   ¡Seca  tus lagrimas y escucha!    - La princesa  fue  llevada al Oriente,  está  en  cautiverio.     En otro continente,   pagando  su  error  por haberte amado y está muy lejos de aquí.  ¡Oh!  Hermana lechuza.   Respondió el príncipe.  Yo daría todo hasta mi propia vida,  por ella y por ti. Te pagaré  lo que pidas si tú  me llevas junto a ella.  
¡No!  ¡Príncipe!    Nada servirá,  ella esta hechizada,   con el poder de su dios,  fue convertida  invisible no podrás verla ni tocarla,   ¡Ni siquiera encontrarla!   Solo podrás  comunicarte con ella,   si el dios Inti y la diosa Quilla te conceden su ayuda.  ¡Implórale!   Quilla esta mirando.

Así fue, Tantay  puso su rostro sobre el arena y lloró hasta  humedecerla pidiéndole a la diosa, ella escuchó  su  dolor  y compadeció,  cambió su  color  luego hizo  aparecer  en  su  pantalla  como un espejo la imagen pura  de  la  princesa,   la  diosa  le  dijo;  a  la  lechuza  Rina:   Interpreta  lo  que  la princesa dice para el príncipe.    Oh,  amado Tantay, desde mi cautiverio te estoy mirando  a través de tu diosa,  que  también  es  diosa  mía,  por permitir amarte y amarnos.    ¡Mira!   He perdido  mi belleza, ya no soy lo que fui, estoy  muy fea,  ya envejecí.   ¡Oh!  Querido Tantay,  cometí  la torpeza de contarle a mi padre nuestro secreto de amor, por eso estamos así.

El príncipe escuchó desconsolado, con lágrimas  en  los ojos respondió:   ¡No!  Mi adorada princesa  tú no cometiste nada.  ¡Solo dijiste la verdad!  Por  haber dicho eso a nadie se le puede condenar.

Aunque  hayas perdido parte de tu cuerpo,  tu belleza física,  aunque  te  hubiera  secado  el llanto, siempre serás la misma en mi vida.  Jamás pierdas la fe,  ahora que te veo,  se que estoy muy junto y dentro de ti.   En las noches nos  veremos en  el espejo  de  nuestra  madre  Quilla.    En  el  día  le pediré a mi padre Inti,  que traslade nuestros pensamientos en sus rayos de fuego,  para contarnos nuestras   penas  y   alegrías.    Hasta  que   llegue  ese  día,  que  seas  libre otra  vez  y unirnos para siempre.

La  diosa  Quilla  y  el  dios Inti,  se  reunieron  y le concedieron la petición  al  príncipe  Tantay  y  la princesa  Waka,   pasaron muchos años,  hasta que el malvado y dogmático  monarca,  padre de la princesa  Waka,  murió  decrepito y odiado por los dioses   Inti   y  Quilla.   Ya con su muerte la maldición se acabó.  La princesa fue liberada de su maleficio.   Entonces  la diosa  Quilla transformó a la lechuza en un  ave gigante,   para  volar a otros  continentes   y  traer  de  regreso  a  la  princesa Waka.    La princesa ya casi una anciana, de igual forma  el  príncipe  Tantay.    Ellos  se  unieron  en cuerpo y alma, sin dejar descendientes murieron el mismo día, fueron  sepultados en la misma tumba.  El dios Inti y la diosa Quilla,  presenciaron y dieron su bendición por el descanso de la vida.
 
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