MI PUEBLO
INOLVIDABLE: ¡¡¡MOLLEPATA!!!
Restitúyeme el cielo de tus manos…asoladas de frutos trasparentes para
vivir los sueños olvidados en los contornos fieles de tu vientre...
Restitúyeme el agua inmaculada de los profundos senos de la tierra para
llorar la fuga de mis alas sobre tus
hombros blancos de tristeza...
Restitúyeme el aire que no alcanzo en la desierta noche de mi angustia…en
la volcada cima de mi llanto que humedece tu sombra con su lluvia...
Restitúyeme el polvo de mis pasos que oyeron el sollozo de la yerba…es
la sal desprendida de mi barro, cenizas de mi carne que se quema...
Restitúyeme el eco sorprendido
en la espiga del canto sin garganta cuando nace el recuerdo fugitivo con la
primera lágrima enturbiada...
Restitúyeme el alma que no ciento el anhelo de ser tu misma planta, la
luz de tus perfiles que apetezco, la luz que ya no tengo en mi palabra...
Pueblo inolvidable…Mollepata, cógeme a los costados de tu lumbre en un
ciego abandono de mí mismo, ya roto este cansancio que me cubre…es mi sed
perdurable en el camino, enciende los linderos amorosos, de tu suave presencia
prodigada en la sed inefable de mis ojos que acerca la distancia que señalas,
para llegar hasta la sabia entumecida de tu lenta inquietud desamparada…Es la
sed de mi sombra que te aspira con ese afán cocido en la esperanza…tenerte en
un espasmo somnoliento de limpias ligaduras consistentes. Es la miel que madura
en el encuentro para nutrirnos a solas con tus bienes…tenerte en el fervor de
las montañas con un brazo de inercia ceremoniosa, eres el móvil cristal de las
escamas que forman las arenas engañosas.
Eres la sed de mi sangre que te llama, tenerte en el coloquio de los ríos que
se atan al fulgor de tu cintura, en la orquídea que hiere los sentidos y en
la rosa que amarga cuando alumbra, es la
sed de mi sangre que te busca, tenerte
confirmado en las mujeres que saben de tu sal, y de tus panes, que son la
claridad de tu mies, refugio sutil de nuestros males, es la sed luminosa de
mi sangre, tenerte sin quererte con
acierto no conjuga mis penas y mis gozos, tenerte con pudor al sufrimiento es
la sed impecable de mis ojos, es la sed de mi sangre con que muero...
Pueblo inolvidable…Mollepata!!! Cógeme a los costados de tu llama,
tenerte con pudor al sufrimiento, será que restituyas como hermana la luz
oscurecida en mi abolengo, la luz que ya no tengo en mi palabra...
Autor: Ramiro Ruiz Narváez
Asociado del Centro Social Mollepata.